Por: Marcelo Lagos – INTA EEA QUIMILÍ
Con información obtenida de diversas fuentes como la Red de Estaciones Meteorológicas Automáticas, la Red de Pluviómetros del INTA Quimilí, la Red de Freatímetros del Sudeste y los pronósticos climáticos oficiales a mediano y largo plazo, presentamos un análisis realizado por el Ing. Agr. Omar Puig (AER Bandera e INTA Quimilí).
Este informe abarca el periodo clave de diciembre, enero y febrero de la campaña agrícola 2024-2025, centrándose en las precipitaciones y temperaturas máximas, factores decisivos para el desarrollo de los cultivos de verano.
Esta red se nutre con datos que aportan productores particulares, entidades que nuclean a productores, instituciones y las seis agencias de extensión rural del este santiagueño que contribuyen y difunden información valiosa para el sector agropecuario y la sociedad.
¿Niña o va a la Neutralidad?
Consultado sobre este interrogante el Ing. Puig indicó: “En la actualidad, de acuerdo con las anomalías de temperatura del agua del mar, en el océano Pacífico ecuatorial central, estamos transitando una fase neutral del fenómeno del niño (ENOS). Y para el trimestre diciembre-enero-febrero 2024/25 de acuerdo con los modelos dinámicos y estadísticos, en promedio, hay 50% de probabilidad de desarrollo de La Niña, y 49% de chances de neutralidad durante este trimestre”.
En cuanto a las precipitaciones para el trimestre de diciembre-enero-febrero en el este de la provincia hizo dos consideraciones, teniendo en cuenta la parte norte y sur del este santiagueño.
“En el sector Noreste, que corresponde a Monte Quemado, Sachayoj y Quimili tenemos una situación en las categorías de probabilidad de precipitación, de climatología. Esto significa que no hay una categoría con mayor probabilidad de ocurrencia (SN: Superior a la neutral -N Neutral-IN: Inferior a la neutral). En estos casos se debe considerar la información estadística del trimestre de cada lugar. O sea, las tres categorías de SN-N-IN le corresponden los mismos porcentajes de probabilidad, con un valor de 33,3 %, a cada una, es decir, una categoría neutral. (las precipitaciones van a estar cercanas a los promedios históricos para el trimestre para cada lugar a considerar)”, indicó.
“En cambio, para la zona del Sudeste que comprende Añatuya, Los juries, Bandera y Malbrán tiene una probabilidad mayor o igual al 40 % que en el trimestre las precipitaciones sean normales”, concluyó.
Expectativas de precipitaciones y temperaturas
En cuanto a las expectativas de precipitaciones y temperaturas máximas informó que en general, las precipitaciones no se esperan con grandes desviaciones respecto a los registros históricos. Sin embargo, la distribución espacial y estacional puede ser irregular, afectando las zonas en función de pequeñas fluctuaciones. Anticipó la ocurrencia de eventos estratégicos previstos para la segunda quincena de diciembre como tormentas semanales, aunque de menor volumen que en noviembre.
Para el mes de enero anunció probables lluvias entre el 31 de diciembre y el 6 de enero, lapso clave para las actividades de siembra y habrá un corte en la segunda quincena de enero y primera de febrero, con lluvias que volverán en el periodo marzo-abril.
Sobre las temperaturas precisó que en diciembre se registrará un inicio moderado, seguido de temperaturas crecientes hacia enero. En lo que respecta a enero-febrero habrá altas temperaturas con olas de calor de 3 a 4 días consecutivos, pero interrumpidas por frentes con lluvias o chaparrones. Finalmente, para la segunda mitad del verano informó que habrá mayor amplitud térmica (noches frescas), beneficiosa para cultivos como maíz y soja”.
Perspectiva Climática del Trimestre
Tras explicar que, en el este de la provincia, durante esta campaña agrícola de verano 2024/2025 después de cinco meses sin registros, las precipitaciones comenzaron en el mes de octubre con registros bastante interesantes y que en los meses de octubre y noviembre las lluvias estuvieron sobre los promedios históricos permitiendo acumulación de humedad en el perfil del suelo”, Puig afirmó que “Este factor, junto con el nivel de napa freática en zonas influenciadas, permitirá aplicar técnicas agronómicas para mitigar los efectos climáticos adversos como la elección de fechas de siembra y la selección de híbridos o variedades adaptadas”.
Para la segunda quincena de diciembre va a continuar teniendo tormentas, con la misma recurrencia de noviembre (un evento por semana) pero de menor volumen de lluvia en cada uno.
“En la última semana de diciembre hay probabilidades de precipitación del 31 y el primero de enero y también en la primera semana de enero hasta el día 6. Estas lluvias son estratégicas para la continuidad de las actividades de siembra de esta campaña”, describió.
“En cuanto a las temperaturas, diciembre lo que viene mostrando en esta primera quincena, es un panorama de temperaturas un poco más moderadas, por supuesto esto no quiere decir que no vamos a tener altas temperaturas durante el verano porque no tener altas temperaturas aquí en el norte sería muy raro. Ya a partir de la segunda quincena comienzan a aumentar las temperaturas hasta mediados de enero, donde pueden producirse olas de calor que no tendrían mayor incidencia en los cultivos, debido al estado fenológico vegetativo de los mismos”, anticipó.
Además expresó: “El otro factor muy relevante para tener en cuenta para la zona son las olas de calor, las que serán de tres o cuatro días consecutivos con temperaturas muy altas que son características para nosotros en los meses de febrero y marzo, pero para esta campaña se pronostica que se cortarán rápidamente por el ingreso de algún frente dejando alguna lluvia o chaparrones y eso hace que tengamos como cortado el tema de altas temperaturas debido que el fenómeno no es una niña sino un neutral frio”.
Finalmente comentó que “Para los meses de enero y febrero el corte de las precipitaciones será característico, acompañado de altas temperaturas, que son los parámetros que provocan el estrés hídrico-térmico, que luego de acuerdo con su intensidad, nos definen el futuro de la campaña agrícola. Por ello es muy importante el acumulado de agua en el perfil del suelo en los meses de primavera y comienzo de verano. El corte de las precipitaciones en esta campaña se puede dar en la segunda quincena de enero y la primera de febrero, luego ya para marzo abril retornan las precipitaciones”.
“La segunda parte del verano va a ser muy calurosa y con mucha amplitud térmica, (noches frescas) que viene bien para el maíz y la soja. Los pronósticos ya están mencionando para la provincia precipitaciones dentro de lo normal y temperaturas máximas superiores a lo normal para este trimestre diciembre-enero y febrero”.
Impacto en la región este
De acuerdo con el procesamiento realizado, “El mayor impacto de los parámetros climáticos en la región va a estar centrados en la actividad agropecuaria, dependiendo su intensidad de la fluctuación de las lluvias, la duración de las olas de calor durante el ciclo de los cultivos y las técnicas agronómicas aplicadas como las fechas de siembra para evitar los estreses hídricos-térmicos en periodos críticos de los cultivos, que son en floración y llenado de grano”, concluyó el Ing. Omar Puig.