El Picudo del Algodonero (Anthonomus grandis) se ha convertido en la principal plaga del algodón en todo el continente americano. Esta plaga exhibe una notoria prolificidad y eficiencia reproductiva, con hembras capaces de depositar hasta 300 huevos (con una media de 100 a 120) a lo largo de su vida, mayormente en botones florales y capullos de plantas malváceas como el algodón (Gossypium hirsutum L). La supervivencia de los huevos y larvas es alta debido a su desarrollo endofítico (dentro de la planta), lo que los protege de depredadores y contribuye a que la especie alcance entre siete y diez generaciones anuales, con un corto período de incubación de los huevos, especialmente en condiciones óptimas de temperatura y humedad.
Por: Dr. Ing. Agr. Ramiro Salgado – Ing. Agr. Carlos Mitre
El Picudo del Algodonero destaca por su versatilidad adaptativa, prosperando en diversos ambientes, desde selvas tropicales hasta desiertos áridos. Su capacidad de diapausa (estado fisiológico de inactividad) le permite sobrevivir en climas adversos, mientras que las feromonas de los machos aumentan su dispersión hacia fuentes de alimento como el algodón. Estos rasgos subrayan su formidable capacidad de adaptación y lo convierten en una amenaza persistente para la producción algodonera.
Monitoreo en el área de riego del Río Dulce
Desde 2015 la Comisión Provincial de Sanidad Vegetal (COPROSAVE) y el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) de Santiago del Estero en conjunto con asesores técnicos han monitoreado las capturas y apariciones del Picudo del Algodonero en el área de riego del Río Dulce. Con una periodicidad semanal a mensual se han monitoreado las capturas en hasta 200 trampas ubicadas en diferentes puntos de la Zona IV del área de riego del Río Dulce abarcando unas 78 mil hectáreas aproximadamente (Figura 1).
A partir de datos de capturas en trampas y el seguimiento diario de las variables meteorológicas en la estación meteorológica del INTA (Figura 4), se determinó la dinámica de la población en relación a las condiciones ambientales. La Figura 2 muestra para siete campañas algodoneras monitoreadas como las capturas por trampa aumentan cuando la humedad relativa (HR) tiende a aumentar acompañada de un descenso de la temperatura media (Tmed).
A partir de datos de capturas en trampas y el seguimiento diario de las variables meteorológicas en la estación meteorológica del INTA (Figura 4), se determinó la dinámica de la población en relación a las condiciones ambientales. La Figura 2 muestra para siete campañas algodoneras monitoreadas como las capturas por trampa aumentan cuando la humedad relativa (HR) tiende a aumentar acompañada de un descenso de la temperatura media (Tmed).
La Figura 3 presenta la marcha de HR y la Tmed diaria junto con las capturas en trampas para dos campañas algodoneras (2017-2018 y 2018-2019) contrastantes. La combinación de estas variables permitió determinar los límites en los cuales el Picudo del Algodonero se presenta en el cultivo y en las trampas. De esta manera se establecieron límites para la HR entre 60% y 80% y para la Tmed entre 14°C y 25°C. Es importante destacar, que las apariciones del Picudo del Algodonero están relacionadas a la marcha de estas variables a lo largo de los días y no al valor puntual de un día determinado (Figura 3).
Campaña algodonera 2023-2024
Se sucedieron cuatro campañas algodoneras con escases hídrica a partir de la 2019-2020 que afectó, no solo el área de riego del Río Dulce, sino a la cuenca (Salí-Dulce) que abastece al sistema de riego. Como consecuencia el servicio de riego se restringió entre octubre y noviembre, momentos donde se aplican riegos presiembra, restituyéndose a finales de enero, impidiendo la aplicación de riego en planta durante ese lapso.
En consecuencia, una gran parte de los productores algodoneros decidieron retrasar la siembra y optar por sembrar a finales de noviembre y principios de diciembre en vez de la fecha tradicional y recomendada para el área de riego (mediados de octubre a mediados de noviembre). Con estas prácticas la intención es hacer coincidir el periodo crítico del cultivo (floración y comienzo de llenado de cápsulas) con la disponibilidad de riego, mayor probabilidad de ocurrencia de lluvias y menores temperaturas.
Sumado a esto, en estas últimas campañas algodoneras el Picudo del Algodonero se manifestó de manera tardía, debido a no contar con condiciones ambientales favorables y coincidir con el cultivo finalizando su etapa de desarrollo.
Esta última campaña (2022-2023) no fue la excepción. El sistema de riego quedo suspendió el servicio el 5 de octubre. Además, los registros pluviométricos de diferentes localidades del área de riego del Río Dulce (Figura 4) muestran como en la mayoría de las localidades las escasas precipitaciones de octubre obligaron a retrasar la siembra concentrando la mayor superficie a finales de noviembre y principios de diciembre (Tabla 1).
La particularidad de esta campaña estuvo en las condiciones ambientales. A partir de mediados de febrero un aumento de la HR y un descenso de la Tmed propiciaron las condiciones favorables para la aparición del Picudo del Algodonero (Figura 5).
Los daños en aquellos algodones sembrados a mediados y fines de diciembre se han hecho notorios (Figura 6). El daño ocasionado sobre formaciones reproductivas tendrá un efecto directo sobre los rendimientos. A esto se le suma la concordancia con otras plagas como la chinche Horcia (Horcias nobilellus), el gusano Cogollero del maíz (Spodoptera frugiperda) junto a daños aislados de Lagarta Rosada (Pectinophora gossypiella) lo que indica que el evento BT que poseen las variedades actualmente cultivadas en esta zona no están controlando esta plaga como lo venían haciendo en los últimos 20 años.
El gran abanico de fechas de siembras y en particular las siembras muy tardías (fines de diciembre) exponen al cultivo a una mayor presión por parte de las plagas antes mencionadas, siendo el más notorio el del Picudo del Algodonero debido a su gran capacidad exponencial de generar daños y el efecto cascada de un lote a otro.
El Picudo del Algodonero genera pérdidas económicas importantes sobre todo en las siembras de la segunda quincena de diciembre, afectando el estrato medio y superior de las plantas (Figura 6).
A pesar de realizar aplicaciones de insecticidas en batería, la plaga se instala con una densidad alta dentro del cultivo y dificulta su control agravando los efectos sobre los órganos reproductivos que definirán el rendimiento.
Sumado a esto, la variedad más sembrada en el área de riego del Río Dulce es la DP 1238 de ciclo de crecimiento largo al igual que su fase reproductiva. Por el contrario, los materiales de ciclos de crecimiento intermedios a cortos como Guaraní o Porá 3 el periodo en fase reproductiva es más corto que las anteriores y las cápsulas y sus carpelos se endurecen rápidamente impidiendo que el Picudo del Algodonero pueda alimentarse por un largo periodo.
Es Importante y Obligatorio que una vez que se haya cosechado el lote, destruir el rastrojo inmediatamente para evitar el rebrote y que se generen nuevas fuentes de alimentación sin control para la reproducción del Picudo del Algodonero.
Autores
Dr. Ing. Agr. Ramiro Salgado – Riego y Drenaje; Agronomía y Agua; Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria-Estación Experimental Agropecuaria Santiago del Estero. Email: salgado.ramiro@inta.gob.ar
Ing. Agr. Carlos Mitre – Asesor Técnico; SAFICO S.A.; Asociación de Productores de la Zona IV del Sistema de Riego del Río Dulce.
Email: mitre_carlos@hotmail.com
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