A pesar de todos los inconvenientes climáticos, la campaña algodonera en el área de riego del Río Dulce está en marcha.
Para conocer a fondo la situación y mantener informada a toda la sociedad, Revista Campo para Todos solicitó información a tres especialistas en el cultivo industrial más importante de la provincia, la Ms. Sc. Ing. Agr. Anabell Lozano Coronel, el Dr. Ing. Agr. Ramiro Salgado del Grupo de Recursos Naturales EEA INTA Santiago del Estero y el Ing. Agr. Carlos Mitre, quienes elaboraron el siguiente informe.
Fechas de siembra del cultivo de algodón
La mayoría de los lotes en el área de riego del Río Dulce no se sembraron en fecha temprana/óptima (entre el 15 de octubre y el 15 de noviembre). Esto se debió a varias razones. Una de ellas fue la imposibilidad de contar con el agua de riego del sistema en tiempo y forma. Otra, la de evitar la coincidencia del periodo crítico de necesidades de agua por parte del cultivo (floración) con el mes de diciembre, ya que el servicio de riego fue suspendido para este mes debido a la falta de agua en el embalse de Río Hondo que abastece al sistema.
Sumado a esto, históricamente y con las perspectivas climáticas para el año (año Niña) coinciden en que este es el mes de menor precipitaciones de todo el ciclo de crecimiento del algodón (Fig. 1) junto con las elevadas temperaturas. En el mes de diciembre para fechas de siembra de octubre las precipitaciones solo cubren alrededor del 40% del consumo de agua del cultivo para cultivares de ciclo largo, según Dr. Ramiro Salgado del INTA Santiago del Estero.
Como se mencionó anteriormente, a mediados de noviembre el servicio de riego se suspendió, por lo cual las siembras se realizaron de manera tardía. Al igual que la campaña pasada, las siembras de noviembre fueron complicadas por las precipitaciones registradas durante ese mes lo que implicó la resiembra de una cantidad importante de lotes debido a lo que se conoce comúnmente como “planchado del suelo”. Esta situación se profundizó principalmente en lotes ubicados en la margen izquierda del Río Dulce y fue una razón más para retrasar la siembra en esta campaña. En consecuencia, la siembra se llevó a cabo con la humedad aportada por las precipitaciones de noviembre y no con el riego presiembra como habitualmente sucedía en el área de riego del Río Dulce.
La variedad más utilizada en esta campaña fue la DP 1238, seguido de la NuOpal (ambos cultivares de ciclo de crecimiento largo) y en tercer lugar los ciclos de crecimiento corto Guaraní y Porá 3. La falta de difusión de estas últimas dos se dio principalmente por un desconocimiento de los productores ya que no están familiarizados con esta tecnología, su manejo y las ventajas de la utilización de cultivares de ciclo de crecimiento corto en fechas de siembra fuera de las óptimas.
Las recomendaciones técnicas derivadas de las experiencias del INTA y los semilleros productores de las diferentes variedades es que, en fechas de siembra tempranas y óptimas para el área de riego, la utilización de ciclos largos como DP 1238, NuOpal y ciclos de crecimiento intermedios/largos como Guazuncho 4 permiten obtener los mejores resultados de estas tecnologías. Para obtener los mejores resultados en siembras optimas/tardías, la recomendación es la utilización de cultivares de ciclo intermedio/corto como Guaraní y cortos como Porá 3.
El estado actual de los cultivos
Los cultivos sembrados durante octubre en general presentan síntomas de estrés hídrico, debido a que el periodo de máxima demanda de agua del cultivo no pudo ser cubierto por las escasas precipitaciones, la falta de acceso al riego y sumado a eso, las elevadas temperaturas registradas. Esto provocó una aceleración de la etapa reproductiva y que se generen abortos de pimpollos y cápsulas recién cuajadas en un cultivo de escaso desarrollo de estructuras vegetativas (50/60 cm de altura) y presentando un bajo índice de área foliar (Imagen 1).
Las siembras de noviembre no presentan aun síntomas marcados de estrés hídrico, ya que disponen del agua almacenada en el suelo del riego presiembra. Se espera que el periodo crítico de los mismos se presente durante el mes de enero, donde las probabilidades de precipitaciones son mayores de acuerdo a los registros históricos de la zona (Fig. 1).
Una estrategia, imitando los manejos de la zona del secano del este santiagueño, fue sembrar los lotes que se encontraban con cultivos de servicio, como Vicia, Centeno, Melilotus, etc., dentro de un programa de rotaciones, tendiendo a mejorar las propiedades físicas y químicas de suelo con el objetivo de implementar una mejoría en el sistema suelo/planta. Otra alternativa utilizada que toma fuerza en la zona es la de realizar la siembra en directa sobre el rastrojo de los cultivos de producción invernal (trigo, avena, etc.) acopiando el agua dentro del perfil del suelo, para que posteriormente se encuentre disponible para el cultivo, utilizando la tecnología de los cultivares de ciclo corto, con la finalidad de lograr dos cosechas anuales.
Uso de herbicidas preemergentes
El cultivo de algodón tiene crecimiento vegetativo lento al inicio y, en consecuencia, no es un buen competidor frente a las malezas en este periodo. En el área de riego del Río Dulce, las malezas más complicadas son las que se desarrollan conjuntamente con el cultivo (competencia por recursos claves para el desarrollo) y las que crecen en el periodo donde el cultivo está prácticamente finalizando (interfieren con la defoliación y cosecha, bajan el grado comercial de la fibra por manchado, humedad y cuerpos extraños).
Desde el punto de vista económico, las malezas presentan un costo sobre la producción de algodón que se lo puede dividir en el costo de control (medidas tomadas para su eliminación) y las pérdidas directas de producción debido a la competencia. Las malezas constituyen uno de los factores bióticos adversos de mayor importancia en los cultivos, ya que compiten principalmente por agua, luz y nutrientes y son hospederas de patógenos e insectos perjudiciales para los cultivos comerciales.
Las principales malezas con resistencia a Glifosato presentes en la zona de riego son: Yuyo colorado (Amaranthus quitensis), Malva (Sphaeralcea bonariensis), Rama Negra (Conyza bonariensis) y Sorgo de Alepo (Sorghum halepense). Relevamientos realizados por INTA en las dos últimas campañas arrojaron como resultado que al rededor del 50% de los productores utilizaron herbicidas con mecanismos de acción PPO (inhibición de la enzima cloroplástica) e inhibidores de mitosis. Los productos químicos utilizados como preemergentes evaluados en ensayos de INTA con muy buen comportamiento fueron: Terbulazina, Metolaclor + Prometrina, Amicarbazone, Pyroxasulfone, Carfentrazone, Pendimentalin, Fomesafen, Metolaclor y MSMA. Contrariamente, Flumioxazin y Sulfentrazone generaron fitotoxicidad, perdida y muerte de plantas.
Plagas y enfermedades del cultivo
En fechas de siembra tempranas, normalmente se registran daños causados por el complejo “Damping off o mal del tallito” como consecuencia de las bajas temperaturas. Esta situación impacta principalmente en el establecimiento del stand de plantas (disminución del número de plantas logradas).
Para fechas de siembra tardías, los insectos plaga de la etapa inicial (trips, arañuela roja, pulgones, etc.) suelen presentarse con mayor agresividad, debido a las altas temperaturas y a la baja humedad relativa del ambiente.
En etapas reproductivas para cualquier fecha de siembra el principal problema suele ser el complejo de chinches. Para su control, se recomienda intensificar el monitoreo a partir del estadio de pimpollado. Con respecto al Picudo del algodonero, hoy se encuentra en muy baja densidad poblacional debido a las condiciones ambientales poco favorables para el desarrollo de esta plaga. La recomendación es el monitoreo de pimpollos y trampas (principalmente en siembras tardías), ya que es un insecto con una tasa reproductiva exponencial bajo condiciones favorables del ambiente.
Necesidades de agua del cultivo hasta cosecha
Una de las claves para lograr alcanzar rendimientos cercanos a los potenciales es la de cubrir las necesidades hídricas del cultivo durante todo el ciclo. Esto se logra con la lluvia, con el riego o con la combinación de ambas.
En el área de riego del Río Dulce el algodón se produce en la temporada de lluvias, pero no suelen distribuirse de manera correcta y ser suficientes para cubrir las necesidades potenciales del cultivo. Por lo tanto, el riego es clave para suplir estos baches de oferta de agua. Para ello, si se depende de un sistema de riego como el del Río Dulce, se debe adecuar el manejo a la disponibilidad de turnados de riego para poder hacer un aprovechamiento lo más eficiente posible del agua.
Lamentablemente, en estos últimos años la situación hidrológica de la cuenca Salí-Dulce, que provee agua al sistema de riego del Río Dulce, no ha sido óptima. Las limitaciones del recurso en los meses de mayor necesidad hídrica por parte del cultivo de algodón parecen ser algo normal. En este sentido, el INTA, los asesores privados y los productores han comenzado a estudiar e implementar diferentes estrategias para mitigar los efectos de la escases de agua, y uno de ellos es el retraso de la fecha de siembra.
Como ejemplo, se puede observar lo sucedido en la campaña anterior 2021-2022 (hasta la fecha con un desarrollo muy similar a la actual). En este caso, se llevó a cabo el seguimiento de tres lotes comerciales en tres fechas de siembra.
La Figura 2 muestra las necesidades de agua de los cultivos de algodón (ETc) para las tres fechas de siembra (15 de octubre-línea roja-, 15 de noviembre-línea verde- y 5 de diciembre-línea amarilla-) que crecen en óptimas condiciones, las temperaturas medias mensuales (Tmed) y las precipitaciones mensuales (PP) registradas durante la campaña 2021-2022.
Los algodones sembrados alrededor del 15 de octubre (línea roja) recibieron escasas precipitaciones durante el pico de necesidades de agua (diciembre y enero) con altas temperaturas. Los algodones sembrados en noviembre y diciembre durante el pico de necesidades de agua en febrero (línea verde y amarilla, respectivamente) presentaron el mismo patrón que la anterior fecha de siembra, con menores temperaturas y se beneficiaron del riego que permitió prácticamente cubrir las necesidades de agua en ese periodo (barra gris).
Extrapolando los resultados de la campaña 2021-2022 a las condiciones actuales de la campaña 2022-2023, para las fechas de siembra de octubre, las cuales atravesarían el periodo crítico de floración en diciembre, desde enero a abril restarían cubrir el 66% (350 mm) de las necesidades totales de agua. Para las fechas de siembra de noviembre faltarían cubrir el 89% (440 mm) de las necesidades totales de agua y para las fechas de siembra de diciembre el 95% (430 mm), en ambos casos desde enero hasta finalizar el ciclo de crecimiento del cultivo. Recuerde el lector, que estas últimas dos fechas no han atravesado aun el periodo crítico de floración.
Conclusión
A modo de conclusión, se puede destacar que la estrategia adoptada de atrasar las fechas de siembras en el área de riego del Río Dulce, ante condiciones de restricción del sistema de riego y un eventual año climático tipo Niña sería la más favorable para lograr rendimientos del cultivo de algodón cercanos a los potenciales.
Por el contrario, ante estas mismas situaciones las fechas de siembra tempranas (octubre) se verían perjudicadas y no estarían en condiciones de alcanzar rendimientos superiores a las otras fechas de siembra antes mencionadas.
Publicado en Revista Campo para Todos N° 178.